El taller de educación para la salud de la UTE

En la actualidad la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) de la Prisión de Villabona está formada por los módulos 1 y 2 (UTE 1), un espacio mixto donde conviven internos e internas, y los módulos 3 y 4 (UTE 2). En estos departamentos conviven unas 430 personas internas. 

La UTE se ha ido configurando, a lo largo de su proceso de formación (nace en el 1992), consoli­dación y expansión, como un espacio alternativo a la prisión tradicional. Un espacio liberado de la subcultura carcelaria y por lo tanto de las drogas. Un espacio donde son posibles y eficaces las intervenciones terapéuticas y educativas en todas sus dimensiones. 

La UTE representa un modelo de cogestión, de res­ponsabilidad compartida entre las personas inter­nas y profesionales del medio penitenciario. Ambos colectivos han transformado la prisión, eli­minando la violencia, mejorando la convivencia y la calidad de vida dentro de ella. La relación entre el colectivo interno y el colectivo profesional permi­te la intervención tratamental. El funcionario y la funcionaria de vigilancia pasan a ser agentes educativos en este modelo sin conflictividad. Es en esta realidad donde es posible alcanzar la difícil meta de la reinserción social.

Los internos y las internas en la UTE aprovechan positivamente su estancia en prisión, afrontando los problemas que les han conducido a la delin­cuencia (generalmente la drogodependencia) y siendo protagonistas de su proceso de cambio personal.

En la UTE la convivencia es posible. Los proble­mas y las situaciones personales se canalizan y resuelven a través de toda una serie de instrumen­tos educativos y terapéuticos, entre los cuales los grupos terapéuticos son la pieza fundamental.

La reincidencia en la UTE, de las personas inter­nas derivadas a comunidades terapéuticas exter­nas, es del 10 % frente al 60 % de la media nacional.

Es en este espacio, idóneo dentro de la cárcel, donde nos planteamos mejorar todo lo que con­cierne a la salud de las internas e internos. Y no sólo afrontamos seriamente el tratamiento de las enfermedades una vez que son diagnosticadas, sino también la prevención de las mismas y la puesta en práctica de estilos de vida saludables. 

En la UTE pensamos que si hablamos de “Educación para la salud”, las personas son el principal recurso. Los internos y las internas son los verdaderos y verdaderas agentes de salud. Por eso empleamos en nuestro “Taller de educa­ción para la salud”, una metodología grupal que fomenta la participación y la educación entre iguales como forma de aprendizaje inter­personal, tanto en el plano didáctico como en el emocional. 

Nuestra intervención tiene como objetivo priorita­rio cambiar las actitudes y los comportamientos indispensables para prevenir y tratar adecuada­mente los problemas de salud propios, difíciles de prevenir y erradicar, de un sistema cerrado (o institución total) como es la prisión: VIH, VHC, Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Asimismo también queremos difundir los hábitos saludables que mejoren la calidad de vida de las personas internas.

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

El Taller de Educación para la salud de la UTE, emplea diversas estrategias que buscan un obje­tivo común: que los internos y las internas sean personas capaces de transmitir salud. Estas son: 

1. Grupos de formación

 Partimos de la premisa de que las ideas que genera el grupo son más ricas que las que se obtienen individualmente a través de quien coordina el Taller. De esta manera tratamos de sensibilizar al grupo de internos e internas participantes sobre la importancia de la salud y de su carácter global e integral. Para ello se abordan diversos temas de forma coloquial y didáctica, a través de un proceso de cogestión e interrelación entre facilitadores y facilitado-ras (profesionales) y futuribles agentes de salud (internos e internas). Integrantes de ambos colectivos actúan como personas mediadoras y formadoras. 

2. Grupos de apoyo emicional

Integrados esencialmente por personas seroposi­tivas que desde la igualdad comparten su proble­mática. En estos grupos los internos y las internas manifiestan sus dudas, miedos y sentimientos. Hablan de sus actitudes frente a la enfermedad. Buscan soluciones y se apoyan mutuamente. 

“Ayudando a otras personas te ayudas también a ti ”. De esta manera se satisface la necesidad de relación y pertenencia, aportando afecto y comprensión. Se “ventilan” las emociones nega­tiv

as y se reduce el es

trés. (*)

El intercambio de experiencias es muy beneficio­so para las personas internas que se incorporan a estos grupos, pues comprueban que otros com­pañeros y compañeras han superado situaciones similares por las que ellos y ellas están pasando. 

Las personas internas que participan en los “Grupos de apoyo emocional” serán las más sen­sibilizadas e implicadas para actuar como agen­tes de salud entre iguales. 

3. Grupo de Teatro

Persigue dos objetivos: uno terapéutico y otro educativo. Desde el punto de vista terapéutico, los internos y las internas a través de la dramatización y la expresión corporal, se identifican con diferentes situaciones relacionadas con su salud. El escenario se convierte en un lugar segu­ro donde pueden exteriorizar multitud de emocio­nes y reflexionar sobre ellas. 

Asimismo el teatro actúa como una potente herra­mienta educativa. Las personas internas actúan con naturalidad, conociendo muy bien las dife­rentes problemáticas de salud que se tratan en las representaciones. Ellas mismas son las auto­ras de las obras, quienes diseñan el vestuario, hacen los decorados y todo lo relacionado con la puesta en escena. Aproximadamente cada seis meses se comprometen junto con el colectivo de profesionales en la creación de una obra de teatro cuya temática tenga relación con las enfer­medades que se pretenden abordar. Una vez finalizada la representación se realiza una char­la-coloquio con el público (personas internas de la UTE o de otros módulos de la prisión). Se com­pleta de esta manera una intervención educativa que aborda la prevención de las enfermedades y de su adecuado tratamiento, a través de la infor­mación, la concienciación y la sensibilización. 

El Grupo de Teatro del “Taller de Educación para la Salud” de la UTE, produce un “impacto entre iguales”, mediante el cual se quiere romper la espiral PRESO-TOXICÓMANO-SEROPOSITIVI­DAD-CONDUCTAS DE RIESGO. 

4. Grupos de segumiento

En los diferentes módulos de la UTE un grupo de per­sonas internas se responsabiliza de que sus compa­ñeros y compañeras sigan correctamente los trata­mientos prescritos por el Equipo Médico. Se trata de logar un buen seguimiento de los mismos. En cuanto a las personas enfermas con VIH, el objetivo prioritario de esta intervención gira en torno a la concienciación y adapta­ción de un estado de seropositividad que repercuta en una buena adhesión a los trata­mientos antirretrovirales. 

Mediante estas cuatro estrategias de interven­ción se abarcan los tres niveles que la salud debe contemplar desde una concepción holística o integral de la misma: 

  1. Salud Física: en este nivel la prevención es la mejor herramienta. Si la enfermedad apare­ce, la información sobre la misma, el adecua­do control médico y la correcta adhesión al tratamiento son los factores a tener en cuenta. 
  2. Salud Psíquica: en el caso de las personas internas con VIH, es vital buscar la normalización de su estado de seropositividad a través de los grupos de apoyo emocional. 
  3. Salud Social: la UTE es un espacio social salu­dable, de convivencia. En la UTE se viven cons­tantemente situaciones de normalización social a través de las distintas actividades educativas, recreativas, ocupacionales,…, de vida. Es en el grupo terapéutico donde comienza esa integra­ción social de la persona y el sentido de pertene­cía a la UTE. 

La UTE además fomenta actividades de sociali­zación dentro y fuera de la prisión mediante diferentes actuaciones como son las jornadas anuales de “Encuentro con la Sociedad”, la actividad semanal de “Prevención en alcohol y otras drogas con alumnado de Secundaria”, las salidas del Grupo de Teatro de la UTE, el “Día de las familias”, los campos de trabajo, las salidas programadas, las actividades en las que participan distintos colectivos e institucio­nes asturianas, etc. 

Figuras "clave" del "Taller de Educación para la Salud de la UTE"

 

Mediador y mediadora: persona interna o profesional con formación e información sanitaria de carácter científico e institucional, que es capaz de desarrollar actuaciones educativas que mejoren la salud y la calidad de vida dentro de la prisión.

Agente de salud: Persona interna con conocimientos sobre salud, con capacidad para divulgarlos y transmitirlos de forma comprensible y eficaz. Entre sus funciones están las de escuchar, comprender y apoyar a sus iguales. 

Facilitador y facilitadora o coordinador y coordinadora: profesional encargado de estructurar y coordinar el proceso de formación. Esta persona va a ser la responsable de la puesta en marcha de las actuaciones de educación para la salud en la prisión. Recoge la información aportada por los agentes y las agentes de salud sobre las necesidades que se detectan. Elabora respuestas adecuadas a dichas necesidades. En definitiva, coordina y dinamiza las actividades de educación para la salud.

___________________________
(*) Según un equipo de investigadores de Nueva Zelanda y EE. UU. Las actividades de apoyo emocional en personas con VIH reducen el estrés y mejoran las respuestas inmunes. Por el contrario, las personas que no hablan de sus sentimientos, tienen un empeoramiento más rápido de su salud. (Fuente: www.hivandhepatitis.com Referencia: Psychosom Med 2004;66:272-275).