«La dirección de Villabona ha fracasado»
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«Cada vez circula más droga por la cárcel», carga el Principado, que califica la situación de «problema de salud pública»
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Todos los partidos con representación en la Junta, a excepción del PP, participan en un acto en defensa de la UTE
«La dirección de Villabona ha fracasado y el saldo dramático de dos muertes es una llamada de urgencia a que se recupere la humanidad dentro de la cárcel». Ese es el mensaje que lanzaron ayer a la sociedad asturiana y a Instituciones Penitenciarias jueces, magistrados, reclusos, familiares, profesionales de distintos ámbitos y todos los partidos políticos con representación en el Parlamento asturiano a excepción del PP, además del Gobierno del Principado.
Esas muertes de dos internos canarios el pasado fin de semana, presumiblemente por sobredosis, «no se han producido por casualidad», defendió el responsable del Plan regional de Drogas, José Ramón Hevia, quien denunció que cada vez circula más droga por la cárcel asturiana y que tampoco eso es casual, sino que responde al cambio de modelo que se ha impulsado desde la dirección del centro penitenciario desde principios de 2012. Un viraje que incluye el desmantelamiento de la Unidad Terapéutica y Educativa, sometida a una política de «acoso y derribo» sin precedentes, y que se ha convertido en un «problema de salud pública».
Hevia participó en el acto en defensa de la UTE organizado por la Asociación de Familiares y Amigos, obligada a celebrar las jornadas fuera de la cárcel por tercer año consecutivo, una cita lejos de sus protagonistas que da la medida de la fractura y en las que el colectivo alertó de que «éste no va a ser el único suceso que ocurrirá en los próximos meses» si las cosas no cambian.
Porque, en los últimos años, «son más de cien personas las que se han perdido» en estas unidades libres de drogas, resumió Rosa Fernández, al frente de la asociación, mientras que se ha impuesto «un modelo deshumanizador e insensible que representa una auténtica escuela de delincuencia», como demuestran los porcentajes de reincidencia. Un modelo, abundó el magistrado Javier Rodríguez, de Jueces para la Democracia, que está en las antípodas del objetivo de la reinserción recogido en la Constitución y que poco o nada tiene que ver con «las personas que se llenan los bolsillos a manos llenas. Muchas veces, a costa de las arcas públicas». Esos que ingresan en prisiones que, en ocasiones, llegaron a inaugurar». Sino que «quienes necesitan las UTES son ciudadanos enfermos, con un problema de drogadicción, a los que ahora se quiere ignorar, hacer como que no existen».
Según el diputado regional de UPyD, Ignacio Prendes, se trata de imponer «un modelo de cárcel separada de la sociedad, donde se encierra a las personas y ya no se sabe lo que pasa con ellas, frente a otro abierto e integrador» en el que los principales beneficiarios son los reclusos y, por lo tanto, el conjunto de la ciudadanía.
Lo que subyace en la destrucción de «un sistema que estaba funcionando» no es más, subrayó el diputado nacional de Izquierda Unida Gaspar Llamazares, que la concepción del mundo de «quien piensa que la forma de ordenar la sociedad no es mediante la humanidad, sino mediante la violencia y la lógica del poder».
Y, detrás de esto, subrayó el socialista Antonio Trevín, «hay una ideología, una forma de entender la vida y de qué se quiere hacer con este país».
«Tuvieron que elegir entre la reinserción y el aislamiento y eligieron el aislamiento. Entre las personas y el sistema y eligieron el sistema», defendió Trevín, «pero tienen la batalla perdida» porque «la dirección de la cárcel está cada vez más aislada». Isidro Martínez Oblanca, senador de Foro, también está convencido de que el muro levantado en torno a Villabona caerá más temprano que tarde pese a «un drama», concluyó Rosa Fernández, que «está generando mucho daño y mucho sufrimiento a tantas personas internas y a sus familias».
Noticia del diario El Comercio de dia 8 de Noviembre de 2014